Pongamos de moda el Amor
Actualizado: 6 feb
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Pongamos de moda el Amor. Un pequeño gesto diario de amor como inversión colectiva. Comenzamos.
¿Podemos hacer el amor todo el dia? Bárbara Fredrickson, investigadora y profesora de la universidad de Carolina del norte. Texto y vídeo
Podemos creer que el trato que damos a otras personas se queda sólo en ese instante, pero no es así. Texto y vídeo.
Dentro del Amor, la comunicación es una llave maestra que nos abre hacia la conexión y la empatía. ¿Conoces a Marshall B. Rosenberg? Psicólogo, mediador internacional y educador estadounidense que creó el modelo de “Comunicación no violenta”. Texto y vídeo.

Pongamos de moda el Amor. Un pequeño gesto diario de amor como inversión colectiva.
Un gesto de amor implica cambios internos muy saludables. Es excelente y efectivo, tanto para ayudarnos a sanar, prevenir o, pase lo que pase, vivirlo de un modo más significativo, cálido y con sentido.
Poner algo de moda es generar una corriente de aceptación, de agrado y disposición activa hacia ello. Una corriente colectiva que se retroalimenta entre unas y otras personas.
Invertir es poner acción y medios para que los beneficios se expandan más allá de lo inicial. Una inversión colectiva son acciones y medios comunes para beneficios expansivos que podamos disfrutar conjuntamente. Es una obra de cooperación.
Si unimos ese “poner de moda” y una “inversión colectiva” el crecimiento será exponencial. Pongamos de moda el Amor como inversión colectiva.
¿Cuántos gestos de desacuerdos, enfados, críticas y desprecios podemos hacer a diario? ¿Qué provocan cuando millones de personas lo hacemos? ¿Qué pasaría si empezásemos a fortalecer cambios internos y externos que generasen más salud, equilibrio y paz? El amor no es un sentimiento que va y viene dependiendo del exterior, es una decisión personal, una decisión que se entrena y se desarrolla.
Si cada persona tenemos al menos un gesto de amor diario, como inversión colectiva, ¿qué podría ocurrir? Generaríamos una onda expansiva de transformación. Pongamos el amor de moda, ese amor valiente, sincero, honesto, empático, incondicional, cálido y resolutivo.
Formemos una cadena, 365 días de gestos de Amor colectivos y comprobemos sus efectos personales y sociales. Generar amor, hacerlo familiar e integrarlo en nuestro quehacer diario.
A menudo llamamos amor a un sentimiento nacido de una relación donde te amo si haces lo que me gusta y te odio si no funciona. No hablamos de ese “supuesto amor”. Tampoco hablamos de enamoramiento donde sufrimos una transformación transitoria de placer intenso y ansiedad cuando no estamos con esa persona “amada” Tampoco hablamos de ese amor de días de publicidad y compras, donde si te regalo más te quiero más, donde perdemos el sentido de lo realmente importante y envolvemos nuestras carencias con papel de mil colores. No hablamos de ese vacío “querer” de dependencias, lucha de poder, ansiedades y exigencias. No hablamos de ese “amor” de escaparate y apariencias.
Hablamos de un gesto de amor sin pretensiones de que se nos devuelva nada, altruista, desinteresado, como gesto de humanidad para regalarlo.
Cada gesto de amor genera en nuestro interior cambios hormonales. Baja el estrés y reequilibra nuestro estado anímico. Baja el cortisol y la adrenalina, de modo que nuestro cuerpo está en un estado de mayor equilibrio y salud. Aumentan neurotransmisores (mensajeros entre las neuronas) como serotonina, endorfinas, dopamina, en un coctel saludable y expansivo para nuestro cerebro y “corazón”.
La Serotonina, un mensajero entre neuronas que nos aporta equilibrio y felicidad. Con ella disminuyen nuestros comportamientos impulsivos y reactivos automáticos. Por una parte bajan nuestros enfados y, por otro, nos activa áreas cerebrales implicadas en la resolución de conflictos y de todo tipo de situaciones. Nos ayuda a tener más asertividad, efectividad e inteligencia global. Aumentan las hormonas oxitocina y vasopresina, que nos potencian el crear vínculos de calidad en las relaciones. Nos ayuda a que cada vez sea más fácil conectar, comprendernos, buscar puntos en común, empatía.
Gestos para descubrir qué es el amor en su genuina esencia. Un entrenamiento e inversión colectiva.
Veamos algunos ejemplos de gestos de amor.
Amabilidad con una persona desconocida. Delicadeza, ternura, comprensión, detalles. Un regalo anónimo a alguien. Una llamada para escuchar y compartir. Un apoyo laboral, un cuidar sus espaldas, un hablar de admiración en lugar de críticas. ¿Qué otros gestos se te ocurren ahora mismo? Sepamos que al hacerlo estamos invirtiendo en calidad de vida y que irá dando frutos más allá de lo aparente.
Dejémonos sentir para que broten cada día esos gestos de amor, que nos sorprendan hasta a quienes lo hagamos. Permitámonos la creatividad que nace de ese sentimiento que nos transforma. Sintamos lo que nos ocurre dentro en el proceso. Comprobemos las semanas y los meses, comentemos a otras personas lo que nos hace sentir para inspirarlas. Aprendamos y entrenemos su significado.
Pongamos de moda el Amor como inversión colectiva.
Richard Davidson, neurocientífico. Fundador del Centro de investigaciones de Mentes Saludables, en la universidad de Wisconsin-Madison, nos habla de la importancia de la compasión en nuestra salud, de las relaciones de calidad, de la amabilidad y la ternura. Él nos dice que “la base de un cerebro sano es la bondad y se puede entrenar”. Nos explica cómo al entrenarlo en la infancia y adolescencia mejora el rendimiento escolar y disminuye el acoso en las aulas. En cualquier edad es un aporte excelente de salud, equilibrio y bienestar, tanto personal como colectivo. Ha diseñado una plataforma internacional “HealthyMinds”, para mentes y vidas saludables.
Expone que su Misión es: Cultivar el bienestar y aliviar el sufrimiento a través de una comprensión científica de la mente. Y su Visión: Un mundo más amable, más sabio y más compasivo.
David R. Hamilton, bioquímico. Investigó durante años la amabilidad como terapia, estudiando los cambios neurobiológicos de dicha amabilidad. Tiene un libro “los cinco beneficios de ser amables” donde expone todas sus investigaciones al respecto. Cómo se retrasan los siete grandes procesos de envejecimiento. Es preventiva y curativa en depresiones. Nos aporta una defensa anti estrés y mejora nuestro sistema cardiocirculatorio. Mejora la regulación de la tensión arterial, sistemas respiratorio, metabólico e inmunitario, entre otros.
La amabilidad, los gestos de ternura, sensibilidad, compasión, manifestaciones de Amor incondicional. El Amor se entrena y se fortalece, al igual que podemos entrenar y fortalecer el odio, el rencor o la envidia. Nuestro cerebro actúa diferente en cada caso, puede generar tensión y placer por el mal ajeno, o despertar chispas internas progresivas de calidad humana.
Si integramos esa amabilidad, formará parte de nuestro ser cotidiano y el día estará regado de esa savia que alimenta y nutre nuestra calidad de vida.
Patch Adams, médico. Se dio a conocer su historia y su trayectoria médica a través de la película que lleva su nombre, protagonizada por Robin Williams. Este médico es conocido a menudo como el “médico de la risa”, porque considera esencial la alegría en la recuperación, prevención y salud. Él dice a menudo que la risa y la alegría son esenciales para la salud y su recuperación, pero que lo que más sana, por encima de todo, es el Amor. Fundador del Instituto Gesundheit, con una nueva visión de asistencia sanitaria y prevención, donde la alegría, la calidad humana y profesional van de la mano.
Podemos encontrar múltiples aportaciones científicas al respecto, pero lo más importante es ponerla en práctica y experimentarla.
Pongamos de moda el Amor como inversión colectiva. 1 pequeño gesto diario puede cambiar el mundo.
¿Comenzamos?

